lunes, 1 de noviembre de 2010







Nos intercambiamos los zapatos, bebimos rápidamente nuestras copas, ella dejo su bolso sobre la mesa y se dirigió a los servicios.

- Los disparos no fueron mortales tú lo sabes – aclaró.

Pasaban los minutos y mi pirata no salía del baño.
Pensé que había escapado, pero no, no dejaría su bolso o ¿sí?

Por fin. Habían pasado tal vez 10 minutos pero para mí fueron cien.

Logro verla de nuevo, la pirata sale del baño vestida de mujer fatal (como lo era) luciendo los famosos tacos agujas.
Me saluda con discreción, intento alzarme para seguirla, pero me hace señas con los ojos para que no lo haga.

La veo escapar, la veo marcharse, otra vez.

Era muy tarde, había captado el mensaje y no podía seguirla.
Había pasado todo el día escapando y preparando este intercambio, era hora de volver a casa.

Ahora tenía un nuevo bolso y ciertamente un nuevo trabajo.

¿Qué ciudad me tocaría ahora?
¿Qué nuevo novio tendría que enamorar?
¿Qué nueva familia y amigos por conocer?
¿Seremos otra vez cómplices?



No hay comentarios:

Publicar un comentario