lunes, 12 de julio de 2010

8. Nuestras manos están entrelazadas y temblando

A raíz de lo que está pasando en este momento, no puedo describir la conversación con Rebeca RH, en el bar de la estación. Pero creo que congeniamos, puesto que nuestras manos están entrelazadas y temblando.


Mientras nos encontrábamos dentro del vagón y con el tren en marcha, el maquinista dio la alarma al detectar que el suelo y las paredes no estaban sólidas en un punto del camino e interrumpió la circulación nada menos que bajo un túnel.

Una atrayente mujer de rulos claros, ni se inmutó y continuó hablando en su móvil… hasta que cayó en la cuenta que no tenía señal y que estábamos a oscuras.

Alô,quem fala?
Oi meu amor não sei o que aconteceu,
Hai sim, meu amor que boa noticia!!
Vou ficar te esperando com as velas acesas, o vinho aberto, a mesa posta…Amor, me espera um minutinho,
desculpa o encomodo, mas a senhora poderia me informar que horas são?, Perdón, ¿podrías decirme la hora?


- Las 12:30- respondimos a unísono con Rebeca RH.

Cuando vemos entrar un número indeterminado de hombres encapuchados y armados que exigen calma.

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