lunes, 5 de julio de 2010

7. Una demora de 40 minutos...

Estoy sentada en la estación esperando el tren,
cuando se acerca una mujer
de mirada profunda y me pide fuego.

Aprovecho y le pido un cigarrillo.

-Llevo el mechero pero no el vicio… ya que intento dejarlo. –añado tímidamente.

-Me llamo Rebeca RH, ¿tú?- se presenta.

Estoy tan triste que casi no respondo, pero como ella fue tan amable y además me convido el cigarrillo, sin pensarlo contesto:

-¿RH? ¿Positivo o negativo?- intentando ser simpática.

Sonríe y agrega – Es una larga historia.

Mientras escuchamos que nuestro tren tiene una demora de 40 minutos.

-¿Te apetece un café?- propone y me ayuda con la mochila.

Acepto con poco entusiasmo tengo un mal sabor al hablar con extraños, pero ella se muestra tan radiante que me dejo llevar.

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