miércoles, 9 de junio de 2010

3. Un taco aguja que no me pertenece...



Amanecí semidesnuda en mi cama.

Mientras que mis recuerdos trataban de ordenarse

y enviarme imágenes comprensibles,

tropiezo con un taco aguja que no me pertenece.

- ¡Buen día preciosa!- se oye una voz femenina desde mi cocina.

Din – Don (timbre)

Y era La Pirata, que también se paseaba semidesnuda.

Se apresura, coge el auricular muy osadamente

y sin consultar presiona el botón para abrir la puerta de entrada…

- ¿Quién era? Pregunto presa del pánico.

- Un tal, Amor necesito que hablemos - responde risueñamente.


¿Qué hago? Él ha vuelto.

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