lunes, 2 de agosto de 2010

11. Por un momento creímos estar a salvo...

El bandido más violento con un cuchillo corta un asiento y comienza a guardar lo que parecían bolsas de cocaína en un bolso.

-¡Déjala! ¡Ayúdame con esto!- rebate refiriéndose a ‘ojos felinos’ que aún con rabia me estudiaba con desconfianza.

No pasó un minuto cuando oímos un helicóptero, sirenas y dos hombres que supuestamente eran también pasajeros pedían calma y se tiraban encima de los bandidos deteniéndolos.

Otros agentes de la policía subían con rapidez al tren y por un momento creímos estar a salvo.

‘Ojos felinos’ seguía fijándome y en un descuido levantó su pistola y sentí como dos balas atravesaban mi cuerpo.

La gente comienza desbandarse e intenta escapar.

Se oyen más tiros.

Abro mis ojos y veo sangre por todos lados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario